Guadalajara y Cuenca. Tras las huellas de un románico de frontera

Se puede considerar a Toledo como la capital principal de ese territorio que también se extendía a través de la actual provincia de Guadalajara. La toma de aquella ciudad por Alfonso VI en 1085 supuso un tremendo impacto simbólico tanto para los musulmanes, comenzando un repliegue hacia tierras más meridionales, como para los cristianos, que siglos después recuperaban la mítica capital visigoda. A partir de ese momento, comienza una vorágine conquistadora que va a afectar a gran parte de la Marca Media. De este modo, Atienza y Brihuega cayeron ese mismo año. Debemos esperar al 1123 para la toma de Sigüenza, mientras que Alfonso VIII conquista Cuenca, que estrictamente no formaba parte de la Marca Media, pero era una plaza fundamental, en el año 1177. De manera paralela se originó una veloz llegada de repobladores cristianos que iniciaron un empuje constructivo, fundamentalmente, religioso que desembocó en la construcción de centenares de edificios románicos en los años siguientes.

Nuestra propuesta se centra en un recorrido por el legado pétreo de ese tumultuoso periodo. Visitaremos desde los edificios más vanguardistas como las catedrales de Sigüenza o Cuenca, uno de los primeros edificios góticos hispanos, hasta los templos más rurales, pero de una calidad artística extraordinaria visible en sus pórticos, como los de Carabias o Pinilla de Jadraque, y en su decoración escultórica, destacando Beleña de Sorbe o Campisábalos, con sendos mensarios que nos acercan el día a día de la Edad Media. Pero no sólo nos centraremos en el románico, haremos una breve incursión en la vida cotidiana de época musulmana, descubriremos algún potente castillo o, en un gran salto en el tiempo, descifraremos el arte abstracto contemporáneo, del que Cuenca es su capital.