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En pleno corazón de la Ribera del Duero aún se conservan vestigios de un rico pasado histórico, situados en la conocida como “frontera del Duero” en la Edad Media, en un momento en el que este territorio fue la avanzadilla de las poblaciones cristianas, a lo largo de esta línea imaginaria se sucedieron la construcción de edificios de un alto valor artístico: monasterios, iglesias o castillos. Junto a ello se inicia la explotación del vino gracias a las comunidades monásticas, a la obligación de velar por la salvación de las almas se unía la misión de crear riqueza en unas tierras esquilmadas, gracias a ellos se desarrolló la agricultura y la ganadería. Muy pronto se convertirían en medios eficaces para la repoblación, floreciendo importantes núcleos económicos como Palazuelos o La Vid. Ese carácter fronterizo nos lo recuerdan grandes fortalezas como la de Peñafiel o Curiel. A todos estos edificios señeros se unen poblaciones como Calatañazor o El Burgo de Osma, que aún guardan en sus cuidados cascos históricos la vieja esencia del medievo.
La visita no sólo se ceñirá al disfrute de sus encantos patrimoniales, sino que también se compaginará con las experiencias que aporta la cultura del vino en una de sus denominaciones de origen de referencia. Para ello visitaremos alguna de sus bodegas más afamadas que unen espacios arquitectónicos notables a la excelencia de sus caldos.
Maximiliano Barrios
Coordinador del portal románico digital.com / Historiador
Gonzalo Rascón
Director de Cultur Viajes / Diplomado en Turismo
Del 28 al 31 de marzo de 2019
Madrid.
Saldremos de Madrid a primera hora para visitar Calatañazor con la luz de la mañana, pueblo soriano con un entramado medieval, murallas y con la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo, la cual veremos en detalle.
Posteriormente, nos dirigiremos a El Burgo de Osma, pueblo declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico-Artístico. Primero dejaremos las maletas en el hotel y comeremos, después visitaremos su catedral gótica y su entramado urbano medieval.
A continuación, nos dirigiremos a Atauta, un humilde pueblo con tradicionales casas de adobe y mampostería, salpicado de viñedos y bodegas subterráneas. Tras esta visita, nos dirigremos a la Iglesia de San Miguel en San Estéban de Gormaz, la iglesia más antigua conservada del románico soriano. Por último, volveremos al Burgo de Osma a cenar y dormir en el hotel Castilla Termal****.
Después de desayunar, pondremos rumbo al Monasterio de Santa María de la Vid. Se trata de un cenobio premostratense fundado en el siglo XII donde fue hallada la Virgen de la Vid, excepcional imagen románica de inusual tamaño y policromada.
Posteriormente nos dirigiremos a las Bodegas de El Lagar de Isilla donde haremos una visita guiada con su correspondiente cata.
Acabada esta experiencia, nos dirigiremos a Aranda de Duero para disfrutar de la afamada gastronomía de esta ciudad. La capital de la Ribera del Duero ha sido productora y comerciante de vino desde la Edad Media, por ello, cuenta con un gran número de bodegas subterráneas de las cuales visitaremos una. También es rica en patrimonio cultural, conoceremos su casco histórico y la iglesia de Santa María en profundidad. Tras estas visitas, tendréis cena libre y el alojamiento en el hotel Villa de Aranda**** , en pleno centro de la localidad.
Tras el desayuno seguiremos viaje a Peñafiel. En sus calles quedan restos de culturas pasadas, como el barrio judío, la popular Plaza del Coso con los tradicionales balcones de madera y sus monumentales iglesias. Visitaremos el Convento de San Pablo, declarado Bien de Interés Cultural, fue levantado en el antiguo alcázar de Alfonso X. Su ábside es uno de los más destacados del gótico-mudejar. En el interior de su iglesia podremos ver el espectacular panteón familiar de los Manuel.
Antes de la comida visitaremos las Bodegas Protos. Conoceremos sus premiadas instalaciones y probaremos varios de sus vinos.
Después de comer, visitaremos el Castillo y el Museo del Vino que se encuentra en su interior, una visita obligada para los amantes del vino, la cultura y el enoturismo.
Para nuestra última noche, nos dirigiremos a Curiel de Duero, denominado así por su origen romano pues en la puerta de su castillo había una inscripción “Hic Curules me fecere”: aquí me construyeron los Curules. Dormiremos en el Castillo de Curiel ****, donde disfrutaremos de la cena de despedida.
Desayunados y con las maletas cargadas, viajaremos hasta el Monasterio de Santa María de Valbuena una de las primeras fundaciones cistercienses que tuvieron lugar a lo largo de la geografía de Castilla y León.
Posteriormente, viajaremos hasta el Monasterio de Santa María de Palazuelos. Gran monasterio cisterciense del románico español con restos góticos, renacentistas y demás marcas históricas en sus muros. En él haremos una cata de vino para despedir así este viaje enológico y cultural.
Después del deleite vinícola, comeremos en un restaurante con gastronomía local y volveremos a Madrid.
Agradecidos por una organización estupenda. Edificante y gratificante.
Gracias!